Mi suerte y mi desdicha son propias de una película sin argumento claro.
Víctima del Romanticismo soy, pues no podría ser de otra forma.
Un mundo surreal, grotesco, un punto dadaísta.
Ver lo bello entre las runas y la ironía como punto de partida.
Oh tú, centro de las catástrofes propias y ajenas, hasta dónde alcanzará tu mentira?
Te deseo suerte, la vas a necesitar.
Seguid vosotros, yo me planto.
Feliz salto eterno.
(Supera esto, no serás capaz)
a vegades es troba a faltar poder llegir-te
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