Paro. Pienso. Ya no pienso. Pego un puñetazo al espejo.
Ya no me entiendo. No entiendo nada -ni nadie-.
No me veo reflejada en él, no sé quién soy, he perdido el norte.
Sigo aquí en silencio, tengo miedo, miedo de perderme a mi misma, miedo a la nada -qué inseguridad-, no sé a que tengo miedo pero lo tengo, lo siento por mis venas y me consume.. Lentamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario